Si bien el triunfo de Andrés Manuel López Obrador se puede considerar como una alternancia, como resultado de un proceso democrático, se trató de un cambio “para atrás” pues con la mayoría de diputados en el Congreso federal, se volvió a la época en que el Ejecutivo domina al poder Legislativo.
Así lo consideró el analista político Eduardo Sadot, quien señaló que luego de las elecciones del pasado 1 de julio en que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganó la presidencia, así como la mayoría de las cámaras alta y baja, se tiene que esperar a ver si el nuevo presidente respeta los procesos democráticos.
“Hablando de un cambio y de una renovación, la verdad es que el cambio fue para atrás, porque volvimos a una época en que el presidente de la República dominaba al poder legislativo y que, desde la presidencia de la República, el poder ejecutivo, determina qué leyes pasan y que no, y de qué manera maneja al poder legislativo, prácticamente subordinado”, dijo.
Puntualizó que se trata de un retroceso, pues la misma situación ya sucedió en la década de los 60 y 70, “hasta el momento en que se recompuso la cámara de diputados, integrándose, primero los diputados de partido y después los plurianuales”.
Eduardo Sadot indico que tanto Morena como el resto de los partidos pasarán por un proceso de recomposición en que buscarán posicionarse de nuevo entre el electorado, como es el caso del PRI, PAN y PRD.
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