Tras advertir que el acoso sexual está muy “naturalizado” en los ambientes laborales, Teresa Incháustegui, directora del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, propuso implementar la figura del “ombudsperson” en las instituciones para ese tema.
Durante la presentación del “Protocolo para la atención de casos de violencia laboral, hotigamiento y acoso sexual en el Instituto Electoral de la Ciudad de México”, advirtió que cuatro de cada 10 mujeres que trabajan reconocen haber sufrido este tipo de situaciones.
En la presentación efectuada en las instalaciones del Museo Memoria y Tolerancia, expuso que no pocas mujeres se ven tentadas a dejar el trabajo cuando sufren esa clase de tratos, por lo que propuso también poner en marcha un “acosómetro”, tal como se hizo con el “violentómetro”.
Reconoció que es difícil tratar el tema, porque se trata de “un acto cotidiano que se hace con tanto disimulo, generalmente en espacios donde no hay testigos, que se hace complicado a la hora de las probanzas”.
De hecho, describió el camino de la probanza como “una cosa gelatinosa y tremendamente naturalizada” que ocurre en su aplastante mayoría a las mujeres, aunque algunos hombres también son víctimas.
En ese sentido, es importante la prevención para que la gente tenga claro que se trata de sus derechos y cómo defenderlos. De ahí la propuesta de crear un “ombudsperson” al interior de las instituciones, para que se encargue de canalizar estos casos.
La figura recaería en alguna persona confiable y de probada integridad, electa por los propios integrantes de la organización, que podría ayudar a disminuir estos casos.
Respecto al funcionamiento del protocolo al interior del Instituto Electoral capitalino, la consejera Gabriela Williams Salazar explicó que este instrumento se creó para disminuir este problema, generalmente presente en situaciones de violencia contra la mujer, sexismo y abuso de poder.
El Instituto busca así eliminar toda posibilidad de violencia en el entorno laboral, de conformidad con los criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La consejera electoral recordó que si bien las mujeres son el grupo más vulnerable a esta clase de presiones extralegales también el grupo de los hombres jóvenes subordinados suelen ser víctimas de abusos.
Recordó que, según la OIT, es fundamental que las personas que trabajan encuentren un salario satisfactorio, oportunidades de desarrollo y adecuadas condiciones de trabajo.
De ahí que este protocolo busca, precisamente, que el Instituto sea un espacio laboral con estas características, al darle a los empleados herramientas para denunciar conductas irregulares.
Fuente Notimex/fcf Foto: Archivo
