Historia, magia y leyendas, guardan los rincones de la Antigua, en Veracruz; primera villa fundada por los españoles a su llegada al llamado “Nuevo Mundo” y que tuvo como primer nombre “La Villa Rica de la Vera Cruz”.
A orillas del río Huitzilapan y a 30 minutos del puerto de Veracruz, se encuentra este poblado que a pesar de los siglos conserva su esencia, su misticismo y sobre todo su legado histórico.
Calles pequeñas y empedradas cubiertas de una vasta vegetación la caracterizan; el canto de los pájaros envuelve el ambiente.
El puente colgante de tablas es uno de los atractivos que más disfrutan los visitantes, atraviesa el río de los colibríes y permite una vista panorámica del afluente por el que Hernán Cortés llegó a desembarcar en 1525.
Ahí, cerca de la orilla del río se encuentra una ceiba monumental, con sus ramas imponentes y sus raíces fuertes, aferradas, que le han permitido ver el paso de los años, pues según la leyenda, fue en ese árbol donde Cortés amarró sus embarcaciones para asentarse ahí.
En seguida nos recibe del otro lado del río un pequeño mercado de artesanías y dulces típicos de la región, como cocadas y tamarindos; un pequeño malecón nos permite refrescarnos bajo las copas de los árboles.
A algunos metros del caudal, se asoman los vestigios, de lo que muchos han considerado durante años, como la casa que habitó Hernán Cortés.
Son muros desgastados por el tiempo, que dejan ver los materiales con los que fueron levantados, árboles que han crecido protegiendo la historia de este lugar, cubriendo los muros celosos que el tiempo termine con ellos.
“En el estilo de licanto que son los muros a base de piedra sin labrar, encontramos piedra de distintos caminos que aprovechando ese material, lo iban trayendo poco a poco, por eso encontramos en esos muros cantidad de piedras distintas y como un libro nos va diciendo cómo fue su construcción (…) encontramos corales conocidos como cerebrocios arrancados de San Juan de Ulúa, eso nos habla de la negritud pues los esclavos eran lo que arrancaban esos corales”, dijo.
Esta construcción contaba con dos habitaciones reales, además de otros cuartos; en medio se ubica un pozo que fue operado por una noria, los pasillos fueron labrados con piedras y en una de las esquinas se aprecia un cañón que fue rescatado del libre y forma parte de la historia del lugar.
Según el cronista, esta edificación albergó también el Palacio del Quinto Real, donde se cobraba el impuesto por la mercancía que salía de esta región hacia España.
A un costado de la llamada casa de Hernán Cortés se ubica la parroquia del Cristo del Buen Viaje, misma que se levantó en 1526 con tan solo madera y palmas, para después labrarse en piedra, por la orden de los jesuitas.
La primera iglesia de América nombrada como “La Ermita”, el cuartel de Santa Ana y el Cabildo de La Antigua son también parte de la historia de este lugar, son monumentos que nos hablan de la conquista de los españoles, pero sobre todo del encuentro entre dos mundos, del choque cultural y de la riqueza histórica que ofrece La Antigua no solo a Veracruz sino al resto del país.
“Antigua, bella durmiente sin laureles de victoria, solo el tirano inclemente te ha de borrar de su mente, pero jamás, jamás de la historia”.
