A partir de un evento en el que se pone en riesgo la vida de las personas, como es un sismo, la primera reacción es de temor y es posible que haya llanto, inclusive tener una crisis nerviosa por angustia y ansiedad, lo cual muchas veces es superado por las personas en algunos días, pero de no lograrlo es necesario que pidan ayuda de familiares o acudir a algún especialista.
La doctora Silvia Morales Chainé, coordinadora de los centros de formación y apoyo psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que pese a que se conozcan las medidas de protección civil, a veces el miedo puede dominarnos, ante lo cual debemos calmarnos, respirar y relajarnos.
Dijo que hay personas que pueden entrar en crisis de angustia y ansiedad con momentos de temor excesivo, tristeza y depresión, por lo que es importante pedir apoyo inmediato para no poner en riesgo la vida.
Detalló que cada organismo reacciona de manera diferentes, pero hay algunas personas que presentan: “De manera genérica puede ser natural tener hormigueo, tensión muscular prolongada y dolor o malestar físico, algunas personas se sienten como si hubieran corrido un maratón, dolor de cabeza, mareos por la generación de jugos gástrico excesivos, sentimos que estamos mareados pero en realidad son síntomas que exacerban la gastritis y reacciones físicas”.
Inclusive podemos resultar con hipersensibles a los movimientos o sonidos, lo que puede durar hasta un mes después del evento; estar recordando, tener miedo constante, en algunos casos, una persona puede llegar al extremo de no querer salir, eso es natural en las primeras cuatro semanas, pero si no se supera de manera persona, hay que pedir apoyo.
El ser humano puede salir por si mismo de ese estado si hace lo siguiente:
Hacer ejercicios de relajación
Incorporarse a actividades normales con familia y amigos
Hacer ejercicio, salir a caminar
Tener actividades recreativas
Planear nuestro día
Visitar el portal de la UNAM para identificar ejercicios de relajación que exponer la Facultad de Psicología: Recomendaciones prácticas para relajarte.
Si a pesar de ello no es suficiente, lo mejor es pedir a poyo a la familia, a los amigos e incluso llamar a algún especialista para ayudar a su cuerpo a regresar a la normalidad.
Y si detectamos a algún familiar en esa situación es necesario llevarlos con algún especialista para que los valoren y les ayuden.
Incluso, la doctora Silvia Morales Chainé, coordinadora de los centros de formación y apoyo psicológico de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que los centros psicológicos de la UNAM tienen un programa de apoyo a distancia, donde pueden llamar para recibir ayuda. El teléfono es 55 56 26 22 88.
