La presencia en las misas que ha oficiado el Papa Francisco en Chile del cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, generó una polémica, más aún luego que el pontífice pidiera perdón por los abusos cometidos por sacerdotes.
El religioso ha participado hasta ahora en dos eucaristías masivas en este país en el marco de la visita apostólica que realiza el Papa, la que comenzó el pasado lunes y finalizará este jueves.
Barros es sindicado como “cómplice” del sacerdote Fernando Karadima, quien fue suspendido de por vida por la Iglesia Católica en 2011 tras ser declarado culpable de abusos sexuales y psicológicos contra menores y adolescentes y abuso de potestad eclesiástica.
Las primeras acusaciones contra Karadima datan de 1955, aunque las que causaron mayor notoriedad pública fueron aquellas cometidas en la década de los 80, cuando era párroco de la iglesia El Bosque y se rodeó de jóvenes interesados en las vocaciones sacerdotales.
El obispo Barros habría encubierto los abusos sexuales cometidos contra niños y jóvenes por Karadima, quien está siendo sometido a juicio para determinar su culpabilidad.
Barros estuvo en la misa que ofició el Papa Francisco en el capitalino Parque O’Higgins y luego en la reunión que sostuvo con obispos en la Catedral Metropolitana de Santiago, en tanto este miércoles participa en la eucaristía que oficia el Papa en Temuco, 680 kilómetros al sur de Santiago.
Muchos católicos, entre ellos sacerdotes, cuestionaron en las últimas horas la presencia del cuestionado obispo en las actividades del pontífice, quien esta víspera pidió perdón por los abusos cometidos por ministros de la fe.
Francisco dijo esta víspera en el Palacio de La Moneda que “no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas”.
Los cuestionamientos surgieron precisamente tras estas palabras pronunciadas por el Papa, ya que muchos consideraron que Barros debería haberse apartado de las actividades papales en Chile por estar supuestamente involucrado en los abusos de Karadima.
Este miércoles, antes de la misa en Temuco, Barros dijo a periodistas que “he dicho muchas veces que no he sido testigo de eso (abusos de Karadima) y les pido que me dejen tranquilo”, tras lo cual fue ayudado por policías para abandonar el lugar.
Agregó respecto a la petición de perdón de Francisco, quien esta víspera se reunió con un grupo de personas abusadas por sacerdotes, que “siempre hemos adherido de corazón a lo que el santo padre ha señalado”.
Hace unos años, el propio Papa Francisco defendió a Barros en El Vaticano, ante una pregunta de un periodista ligado a la Iglesia Católica, y dijo que nunca se había comprobado su supuesto rol como encubridor de abusos sexuales.
Fuente: Notimex/doh/foto: archivo
