Apoyo de Rusia a la OPEP impulsó influencia de Putin en el cártel

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La influencia del presidente de Rusia, Vladimir Putin, dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha cobrado un relieve mayúsculo desde que Moscú apoyó el acuerdo de reducir la producción del cártel a finales del año pasado.

Desde que se diseñó el pacto de Rusia con la OPEP para frenar el exceso de oferta global y apuntalar los precios hace un año, Putin se ha convertido en el jugador más influyente del grupo.

El influjo creciente del Kremlin dentro del cártel refleja una política exterior diseñada para contrarrestar la influencia estadunidense en todo el mundo a través de una amplia combinación de medidas económicas, diplomáticas, militares y de inteligencia.

Esa estrategia, que está respaldada por la vasta riqueza de recursos naturales de Rusia, parece estar funcionando, de acuerdo con un reporte del sitio de noticias financieras Bloomberg News.

"Putin es ahora el zar de la energía del mundo", señaló Helima Croft, ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que ahora dirige el banco de inversión RBC Capital Markets.

La fortaleza de la posición de Putin estará en el centro de atención el 30 de noviembre, cuando los 14 miembros de la OPEP se reúnan con productores nominalmente independientes como Rusia para discutir en Viena, Austria, si extienden los recortes hasta finales de 2018.

Está en juego la salud económica y política de todos los estados involucrados, incluidos Kazajstán y Azerbaiyán, dos ex repúblicas soviéticas que Putin trajo al acuerdo. Los participantes en el acuerdo colectivamente bombean el 60 por ciento del petróleo del mundo.

Putin estimuló un alza efímera de los precios en la víspera de la primera visita de un rey saudita a Rusia el mes pasado al sugerir que los recortes se extenderán hasta el final del próximo año, aunque subrayó que no había tomado una decisión final.

Desde los comentarios de Putin, el Kremlin ha estado enviando señales mixtas, en parte para aplacar a los barones petroleros nacionales como el jefe de la estatal Rosneft, Igor Sechin, y el multimillonario Vagit Alekperov, presidente de la petrolera LuKoil.

Pero también está tratando de evitar que los precios del petróleo suban lo suficiente como para impulsar a las compañías de esquisto a perforar aún más en Estados Unidos, que espera que su producción nacional llegue a un récord de 10 millones de barriles por día el próximo año.

Putin, quien se embarcó en su alianza sin precedentes con la OPEP cuando los precios rondaban los 20 dólares por barril y el mercado parecía tener un exceso de oferta, tiene otra razón para no querer que los precios del petróleo aumenten bruscamente.

Actualmente Rusia se está beneficiando de un rublo más débil, que beneficia a los exportadores, y se está volviendo menos dependiente de las ventas de energía para cumplir con sus compromisos de gasto.

Para los productores rusos, los recortes son cada vez más dolorosos. Con el Brent, el punto de referencia mundial, en alrededor de 63 dólares por barril, casi un 30 por ciento más que hace un año, están ansiosos por comenzar a aumentar la producción.

La petrolera rusa Rosneft incluso señaló este mes que esta lista para abrir los grifos en diciembre, una fecha sorprendente ya que son tres meses antes de que venza el acuerdo actual.

Aún los precios actuales -y las realidades geopolíticas- el acuerdo se renovará, según Edward C. Chow, miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington y ex ejecutivo de Chevron Corp.

 

Fuente:Notimex/Foto:Archivo/JAC

Editor: Redacción xeu