Robert Mugabe, de héroe a tirano en Zimbabwe

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Robert Mugabe, quien renunció hoy como presidente de Zimbabwe, llegó al poder por ser considerado un héroe que luchó por la libertad de su pueblo, sin embargo, 37 años después se le describe como uno de los tiranos más despiadados de los tiempos modernos.

Mugabe, nacido el 21 de febrero de 1924 cerca de Katama, al noreste de lo que ahora es Harare, la capital de Zimbabwe —entonces Rhodesia—, destacó por liderar guerrillas contra los gobernantes coloniales blancos que lo encarcelaron durante 10 años por un “discurso subversivo” pronunciado en 1964.

Tras su liberación, en 1974, Mugabe propició un cambio político en Rhodesia, con una ola de indignación popular contra los gobernantes racistas, para lo cual viajó a Mozambique y comenzó una prolongada lucha por la independencia.

Regresó a Rhodesia en 1979 y, una vez alcanzada la independencia en 1980, Mugabe llegó al poder como un reconocido y respetado líder. En sus primeros años de gobierno fue elogiado por la expansión de los servicios sociales en el país, como la construcción de escuelas y hospitales.

Sin embargo, desde hace varios años ha sido criticado por la represión de la disidencia, el fraude electoral y por el colapso económico del país.

Pero a pesar de la creciente oposición a su gobierno y del deterioro de su salud, el líder del partido Zanu-PF ha advertido que no tiene planes de dimitir.

Como primer ministro encabezó una brutal represión —que dejó más de 20 mil muertos— contra su oposición política, liderada por el fallecido nacionalista Joshua Nkomo, quien ayudó en la guerra de guerrillas y más tarde se convirtió en adversario de Mugabe, hasta que se unieron políticamente en 1987.

Miles de personas murieron durante esa campaña de represión contra los partidarios de Nkomo, padre fundador de la lucha nacionalista por la independencia en Zimbabwe, la cual terminó en 1987 con la firma del Acuerdo de Unidad entre el Zanu-PF y el PF Zapu.

Mugabe asumió en ese año la Presidencia del país y abolió el cargo de primer ministro. Desde entonces, el político ha ganado una serie de polémicas elecciones que sus adversarios aseguran manipuló para permanecer en el poder, incluida la de 2008, que perdió ante el ahora primer ministro Morgan Tsvangirai.

Esos comicios desataron un clima de violencia política, que cobró más de 200 vidas, según grupos de derechos humanos.

Sus partidarios afirman que Mugabe cuida y protege a los pobres, pero sus detractores dicen que se ha vuelto cada vez más autoritario y exigen que renuncie, pues ha llevado a Zimbabwe a una grave crisis económica después de haber sido uno de los países más ricos de África.

Mugabe, quien se casó con su actual esposa Grace en 1996, logró empoderar a los zimbabwenses negros, lo que se consideró uno de sus grandes logros, pero al mismo tiempo su política agraria habría marcado el comienzo de la caída del país, pues propició una profunda división entre la población.

La semana pasada, luego de disturbios y una serie de explosiones, en varios puntos de Harare, el Ejército tomó el poder, confió a Mugabe en su residencia, para garantizar la seguridad nacional, antes las malas decisiones del gobierno.

En una declaración, el responsable de Ejército de Zimbabwe negó de manera tajante que haya habido un golpe de Estado contra el gobierno de Mugabe e insistió en que se trató de una medida de seguridad nacional, que llamó una "corrección sin sangre" y cuyo blanco son los "delincuentes" del gobierno.

El Ejército afirmó que tomó el control del país para evitar que los "criminales que rodean al presidente" se hicieran cargo, aunque analistas consideran que la medida podría ser un intento de instalar al ex vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, como presidente, luego de que fue despedido la semana pasada.

"Solo estamos apuntando a delincuentes a su alrededor que están cometiendo crímenes que están causando sufrimiento social y económico en el país con el fin de llevarlos ante la justicia", destacó la declaración de las ZDF, que mantiene detenidos a varios ministros del gabinete y funcionarios de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF).

La asomada militar se produjo después de que el líder militar, general Constantine Chiwenga, amenazó el 13 de noviembre pasado pasado con "intervenir" y calmar las tensiones políticas surgidas con el despido de Mnangagwa, quien ha sido el favorito para suceder a Mugabe.

La intervención militar se produjo después de un periodo reciente de disturbios dentro del gobernante partido ZANU-PF de Mugabe. El vicepresidente Emmerson Mnangagwa, aliado del jefe del Ejército y veterano de la lucha del país, fue detenido a peincipios de mes por mostrar “deslealtad”.

Con la salida de Mnangagwa, quien era visto como su probable sucesor, Mugabe expulsó a uno de sus últimos socios de la guerra de liberación y ejecutó un movimiento con el que parecía allanar el camino a su esposa Grace para asumir la Presidencia del país.

Sin embargo, el mandatario decidió renunciar este martes, mientras el Parlamento examinaba su destitución, acusándolo de violar Constitución e incapacidad para gobernar, por permitir a su mujer de "usurpar" el poder. 

 

 

 

Fuente: Notimex/pmc

Editor: Redacción xeu
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