"Franklin entró como un zumbido que nunca vamos a olvidar": Habitantes de la costera

Imagen

Vega de AlaTorre, Nautla .-La entrada de Franklin se escuchó como un fuerte zumbido que arrancó árboles de raíz, destechó casas y acabo con cientos de hectáreas de platanares.

“Era un zumbido, como el silbido de una persona, no lo olvidaré nunca en mi vida”, dice Florinda, quien junto a su esposo, soportaron la entrada del huracán categoría I en el “Maracaibo”, un hotel frente al mar en la barra de Nautla.

Ahí el viento era tan fuerte, cuenta Fernando de hasta 200 kilómetros por hora, que destechó las palapas, rompió cristales, botó las chapas de las puertas y hasta piedras de mar dejó esparcidas por la cocina y las habitaciones.

Ellos creen que tienen suerte, lo material se recupera, pero sus vidas no 

Guadalupe, otra palapera de la barra, narra que tuvo que salir corriendo de su vivienda a medianoche, no dudó cuando su casa empezó a moverse y tuvo miedo que la lámina de asbesto colapsara, agarró sus cosas y corrió un kilómetro y medio en medio de la noche hasta el centro de Nautla donde se resguardó: “Había tanta soledad, daban ganas de llorar”.

Ángel Flores, de El Raudal, en Nautla, coincide que entre las doce y una de la mañana la lluvia ya no dio tregua, el aire se hizo tan intenso que era imposible asomarse siquiera a la ventana, “por el cristal veíamos como volaban cosas, desgajaba ramas”.

El árbol de más de 50 años de su huerto quedó arrancado de raíz, otras ramas las aventó a su patio que ahora luce verde sin camino de entrada.

Ángel dice que la última vez que recuerda algo así, fue en 2010 cuando Karl categoría 4. entró a tierra veracruzana.

“Tenemos que volver a empezar”

En Vega de Alatorre, al menos 300 viviendas sufrieron daños, la mayoría fueron destechadas por los vientos, pero lo más grave es la devastación a los plantíos de plátanos.

Agustín Acosta Molina, jornalero, dice no quería ver el platanal esta mañana, anoche escuchó el viento fuerte y entonces previó el desastre.

Prácticamente fue todo, ahora trabajan con machete para abrir caminos entre platanales e ir una por una de las plantas para ver qué se puede rescatar y es que para que la planta vuelva a crecer y producir, van a tener esperar más de un año.

Agustín cuenta que eso ya les había pasado con el huracán Karl, y ahora la historia se vuelve a repetir.

“Es triste ver, porque de estos nos mantenemos. No se puede hacer nada contra la naturaleza, bendito dios que no pasó a mayores, ahora tendremos que volver a empezar”, dice.

Fuente AVC/fcf   Foto AVC

Editor: Redacción xeu
da clic