Hoy se cumplen 23 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial del PRI, quien manifestó que veía un México “con hambre y sed de justicia; un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla", previo a morir asesinado.
Siendo presidente Carlos Salinas de Gortari, Colosio fue ultimado el 23 de marzo del 94, en la ciudad de Tijuana, e inició su campaña durante el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Luis Donaldo participó en un mitin, culminó su discurso en Tijuana, Baja California, bajó de un templete improvisado en la colonia Lomas Taurinas, rodeado por su escueta escolta personal y cuando había caminado cerca de 13 metros, un asistente penetró el cerco de seguridad y disparó sobre el oído derecho del candidato y le dio un segundo tiro en el abdomen.
Un grupo de seguridad del candidato detuvo a un hombre vestido con pantalón de mezclilla y chamarra negra, quien supuestamente realizó los disparos, fue detenido por elementos de Seguridad, quienes también ingresaron a Colosio al área de urgencias del Hospital General, donde sufre un paro respiratorio, y a las 18:55 horas es declarado muerto.
Colosio llegaba a buscar la Presidencia de México en un ambiente en el que ya se avecinaba un cambio político en el territorio nacional y un pueblo cansado del PRI, en un momento de mucha molestia social.
De su muerte se culpó a un solo hombre y cimbró al PRI cuando era el partido más poderoso del país, a la fecha se continúa señalando que el sistema político tuvo injerencia en el asesinato de Colosio, aunque no hay elementos que así lo comprueben. Ernesto Zedillo, lo sucedió en la candidatura a la Presidencia de México.
Doh/Foto: archivo
